TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA (TAG)

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción básica que es indispensable para los mecanismos de supervivencia y las personas, la hemos experimentado en algún momento de la vida ante situaciones de riesgo, o cuando nos sentimos amenazados, ayudándonos a enfrentar situaciones estresantes. Esta emoción viene acompañada de síntomas físicos que hasta cierto punto se catalogan como normales; sin embargo, cuando estos se ven alterados y nos es difícil controlar la situación, ocasionan disfunción en la vida cotidiana de las personas como resultado de una respuesta des adaptativa, desarrollando así, el trastorno de ansiedad.

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), es uno de los trastornos más comunes dentro de los trastornos de ansiedad, se caracteriza principalmente por la preocupación excesiva ante ciertas situaciones o eventos traumáticos vivenciados. Los cambios conductuales, físicos y emocionales en las personas que lo padecen, pueden ser provocados por situaciones ambientales, socioculturales, familiares, económicas, laborales, académicas, etc.; el trastorno se puede desarrollar con o sin factores de riesgo, entre más factores de riesgo existan, más vulnerable se hace la persona para desarrollarlo.

El trastorno puede presentarse a cualquier edad, inclusive en la infancia con solo un síntoma manifestado y en los adultos se manifiestan 3 o más síntomas con una durabilidad de 6 meses, encontrándose en comorbilidad con otros trastornos mentales, dependiendo de la edad de las personas en la que se desarrolla.

El diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada en personas mayores no se relaciona con comorbilidades, este se asocia con síntomas físicos.

“Las personas mayores con TAG prestan más atención a las palabras con valor negativo, siendo incapaces de desconectarse eficientemente de estímulos emocionalmente negativos o amenazadores”

(Bower ES, 2015).

Estadísticas mencionan que entre el 5 y 7% de los pacientes que acuden al médico reciben atención primaria siendo las personas de entre 40 y 50 años con más alta prevalencia de padecerlo, y, en específico las mujeres son doblemente afectadas por este trastorno. Por ello, la importancia de prevenir el desarrollo del trastorno manteniendo una vida saludable: Buscando apoyo psicológico, evitar los pensamientos catastróficos y las situaciones que generen estrés, llevar una alimentación balanceada, hacer ejercicio, por mencionar algunos.

¿Qué es el TAG?

El TAG, es un padecimiento crónico prevalente que se observa especialmente en la población femenina y genera un nivel considerable de disfunción, asociándose con comorbilidades médicas y psiquiátricas. El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de ansiedad y preocupación crónica persistente; esta preocupación es excesiva y difícil de controlar, además, se relaciona con diferentes situaciones de la vida cotidiana que generan reacciones fisiológicas, psicológicas y conductuales.

Existen factores biológicos, sociales y psicológicos que tienen un papel predisponente en el desarrollo del Trastorno. El TAG se puede manifestar por medio de las emociones que se activan ante situaciones amenazantes, provocando en el individuo disfuncionalidad en la vida diaria; son más frecuentes los temas relacionados con la familia, los amigos, las relaciones interpersonales en general, el dinero, el trabajo, los estudios, el manejo de la casa, la salud propia, entre otros.

El ambiente en el que se desenvuelve la persona nos ayuda a entender de una manera integral el fenómeno de la enfermedad mental.

¿Quiénes son más vulnerables a padecer TAG?

En los adolescentes y niños se encuentra en comorbilidad con otros trastornos mentales que pueden o no ser del espectro de los trastornos de ansiedad, como la fobia social, la fobia específica, el trastorno de angustia o del espectro depresivo; en adultos, la depresión mayor, abuso de sustancias, fobia social, trastorno de pánico, y por último, en adultos mayores se asocian con el cansancio, falta de concentración, dificultad para aceptar características propias del envejecimiento o con efectos secundarios de medicamentos utilizados en este ciclo vital.

“En el adulto mayor se presentan más síntomas físicos y de preocupación que los jóvenes”

(Miloyan B, 2015).

De 100 personas, más del 50% tendrán un diagnóstico psiquiátrico comórbido.

CARACTERÍSTICAS del TAG

El TAG se caracteriza por la preocupación crónica persistente, siendo esta excesiva por una serie de eventos y actividades que suceden alrededor de la persona que la padece, la preocupación y la ansiedad son difíciles de controlar y están asociadas a los siguientes síntomas que ocurren la mayoría de los días y por al menos 6 meses:

  • Intranquilidad o impaciencia.
  • · Fatiga.
  • Dificultad para concentrarse o poner la mente en blanco.
  • Irritabilidad.
  • Tensión muscular. (Síntoma somático más característico)
  • Alteraciones del sueño (dificultad para iniciar o mantener el sueño).
  • En los infantes solo se requiere un síntoma.

“Las personas con TAG son más hiperreactivas a la amenaza y menos capaces de hacer frente a los contrastes emocionales negativos resultantes, además, la preocupación es un mecanismo compensatorio que crea y prolonga las emociones negativas, reduciendo así las experiencias emocionales positivas”

(Newman MG, 2016)

Además, existe mayor riesgo de padecer otras enfermedades mentales y físicas (por ej., dolor crónico, sudoración de manos, temblor, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica y, enfermedad inflamatoria intestinal).

En los infantes los síntomas somáticos se manifiestan en dolores abdominales, vómitos, cefaleas, náuseas, palpitaciones, temblor, vértigos, desmayos; síntomas conductuales en forma de evitación de las situaciones temidas y búsqueda de proximidad, cogniciones anormales en forma de temores exagerados a que puedan ocurrir catástrofes.

FACTORES DE RIESGO, CAUSAS Y EFECTOS DEL TAG

El TAG, es posible desarrollarlo con o sin factores de riesgo, entre más se tengan, mayor será la probabilidad de padecerlo.

Existen factores biológicos que tienen que ver con la probable disfunción de diferentes sistemas de neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, ambas tienen comunicación con las células nerviosas y pueden causar ansiedad. Los factores familiares y sociales causan gran impacto en la psique de los seres humanos, como el ambiente cultural, familiar, la crianza de los padres y los temores que son transmitidos, es decir, los resultados de una conducta aprendida.

“En comparación con las preocupaciones físicas o económicas, las preocupaciones sociales parecen tener más peso a la hora de predecir la tendencia general a preocuparse”

(Dugas y Ladouceur, 1997)

En los factores socioculturales, el control excesivo en la crianza puede ser un patrón repetido en la adultez, siendo un aprendizaje transgeneracional y, por último, los factores socioeconómicos y étnicos derivados de la falta de adaptación a una nueva cultura, sentimientos de inferioridad, alienación y pérdida de lazos familiares.

RECOMENDACIONES PARA EL MANEJO DEL TAG

  • Identificar y superar preocupaciones exageradas y/o catastróficas.
  • Buscar soluciones para tratar de afrontar estos pensamientos negativos cuando se presenten.
  • Realizar técnicas de relajación para el manejo de la ansiedad, ya que estás permiten controlar las preocupaciones y miedos a través de la distracción y del cuestionamiento, logrando un pensamiento más racional.
  • En caso necesario, visitar al especialista para la administración de fármacos y buscar apoyo psicológico (TCC es la más recomendable).
  • Practicar algún deporte y/o realizar actividades físicas (yoga, correr, nadar, bailar, etc)
  • Evitar situaciones de estrés y jornadas laborales muy prolongadas
  • Llevar una dieta balanceada y dormir mínimo 8 hrs diarias
  • Procurar una sana convivencia familiar y social
  • En los infantes fomentar el juego
  • Evitar el consumo de tabaco y/o de sustancias

CONCLUSIÓN

Hemos visto que, dentro de los trastornos de ansiedad más comunes, se encuentra el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y este, se caracteriza por la ansiedad y preocupación excesiva, provocando cambios en la persona a nivel físico, conductual y emocional. Es destacable mencionar que la ansiedad es una reacción emocional ante alguna situación amenazante.
El detonante varía dependiendo del entorno en que la persona se desenvuelve y del evento o situación vivenciada, así como también la afectación de cada persona en su vida cotidiana. Se puede presentar desde la infancia o a cualquier edad, encontrándose en comorbilidad con otros trastornos mentales o enfermedades físicas.
Es recomendable comenzar a identificar los factores desencadenantes del TAG y buscar alternativas de solución, tomando en cuenta que la ansiedad puede ser una condición médica tratable y controlable, teniendo conciencia de los pensamientos irracionales que pueden estar provocando la sintomatología. Reeducándonos en la modificación de los pensamientos negativos a una manera positiva favorable, es adecuado para lograr una mejor calidad de vida, además de considerar otros aspectos como son: el refuerzo del vínculo familiar, lograr una comunicación clara y asertiva entre los integrantes rompiendo la dinámica familiar que los esté conflictuando porque a mayor nivel de conflicto se presentarán reacciones de ansiedad cada vez más intensas.

Escrito por:

Mtra Eugenia Soriano.

  • Maestría en Psicoterapia Familiar Sistémica por la Universidad del Valle de México (UVM)
  • Diplomada en Terapia Cognitivo Conductual en diversos tipos de violencia
  • Diplomada en Psicología Criminal y Criminológica
    Licenciada en Psicología por la Universidad del Valle de México
  • Cursos: Terapia Breve Centrada en soluciones, Primeros Auxilios Psicológicos.

BIBLIOGRAFÍA

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Cárdenas EM., Feria M., Palacios L., & De la Peña F. (2010). Guía Clínica para los Trastornos de Ansiedad en Niños y Adolescentes. Ed. S Berenzon, J Del Bosque, J Alfaro, ME Medina-Mora. México: Instituto Nacional de Psiquiatría. (Serie: Guías Clínicas para la Atención de Trastornos Mentales).

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Ruiz-Sancho A.M., &, Lago-Pita, B. (2005). Trastornos de ansiedad en la infancia y en la adolescencia. AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría. Madrid: Exlibris Ediciones. p. 265-280.

Sholten, A. (2015). Factores de Riesgo para el Trastorno de Ansiedad Generalizada (GAD). Cáncer Care of Western New York.

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