¿Cuándo debo llevar a mi hijo al psicólogo?

Como en Serena, la atención de terapia infantil se debe buscar si el comportamiento de su hijo se aleja del comportamiento habitual de los niños de su edad, como cuando la mayoría de sus compañeros ya dominan el idioma y el niño todavía no, cuando no puede continuar en la escuela o cuando exhibe conductas que han dejado atrás y que son propias de etapas anteriores.

¿Qué debo hacer antes de buscar ayuda de un especialista?

• Hable con su pareja o cuidador porque a veces el comportamiento de su hijo no se manifiesta con otras personas. En tales casos, la causa puede ser la distracción o el uso de instrucciones de entrenamiento inadecuadas.
• Hable con su familia o escuela, ya que son fuentes de información muy útiles que pueden darle pistas sobre lo que está pasando. No es raro que los abuelos recuerden a un familiar que se comportó de manera similar, o que un maestro señale un problema que puede preocupar al niño con los compañeros de clase.

Debe consultar a un psicólogo infantil si:

• Se produce un cambio repentino en su hijo que no puede explicar y nota que está triste, apático o muy irritable.
• Tiene problemas con sus compañeros, por lo que no tiene amigos, ya sea por su comportamiento violento, porque es demasiado tímido o por una indiferencia inusual.
• Tiene miedo de estar sola ya menudo le cuesta conciliar el sueño. Tienes pesadillas o terrores nocturnos.
• Muestra comportamientos difíciles de controlar, como desobediencia, agresividad o apego excesivo.
• Tiene problemas en la escuela, tiene dificultad para concentrarse, a menudo está aburrido y demasiado ansioso.
• Dolor, obsesión o alteración física sin causa médica, como dolores de cabeza, problemas dermatológicos o vómitos.
• Pareces incapaz de manejar la situación y te sientes abrumado y no sabes qué hacer.
• Burlas con las manos.

Es importante aclarar que no siempre es necesario trabajar directamente con el niño, pero muchas veces la intervención del psicólogo tiene como objetivo orientar a los padres en terapia de pareja o terapia familiar. Al hacer cambios en las pautas de crianza y sentirse más seguro en la acción, el niño los recibirá positivamente.

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